Mindfulness

Mindfullness o Atención Plena

En esta ocasión, he decidido hablar del Mindfullness y de sus beneficios. Llevo alrededor de 13 meses practicando Mindfullness y ha sido revelador conseguir la paz interna que tanto ansiaba en uno de los momentos más complicados de mi vida en los últimos años. 

Quiero dejar claro que Mindfullness no es Coaching y tampoco tiene que ver con él, aunque una práctica regular y diaria te ayudará a tener más claridad interna y, por tanto, tener mayor consciencia para enfocar el objetivo. Poner la atención “de piel para dentro” y aceptar todo lo que sucede a tu alrededor sin juicios te garantiza equilibrio personal. 

¡Comenzamos! 

¿Qué es Mindfullness? 

Mindfullnes o Atención Plena es focalizar la atención en el momento presente (pensamientos, emociones, sensaciones corporales, ambiente…) sin juicios y aceptando lo que sucede. Es decir, vivir prestando atención a lo que sucede aquí y ahora, sin dejarnos arrastrar por el «ruido mental”. 

Dicho así suena bien y hasta parece fácil pero, como todo, es cuestión de práctica.  Estar presente viviendo lo que toca “aquí y ahora” necesita dedicación especialmente para aquellas personas que se pasan su vida viajando mentalmente del pasado al futuro, sin tener en cuenta el presente que se les escapa de las manos.  

Por lo general, solemos encontrar dos tipos de personas: aquellas que viven en el pasado, prestando atención a sus recuerdos y a lo que se produjo en un momento anterior a éste; y aquellas personas que viven en el futuro, centrándose en aquello que pasará y en la incertidumbre constante de lo que pueda suceder.  

Veámoslas más detenidamente.

Las personas “rumiantes” se pasan gran parte de su tiempo recordando experiencias pasadas que, dicho sea de paso, ya no tienen solución, y esto les genera emociones desagradables como la tristeza o la apatía, llegando a provocar patologías clínicas como el trastorno depresivo.  

Párate y observa. ¿Alguna vez durante la cena has estado “rumiando” esa conversación con tu jefe que tanto te molestó? Si no hiciste nada en el momento que se produjo, no tiene ningún sentido que ahora sigas pensando lo que le podrías haber dicho y no dijiste. Esto solo te generará malestar físico y mental y te distraerá de tu tarea principal, cenar. Observa el plato que tienes delante, los ingredientes que se posan sobre el plato, sus colores, el olor… su sabor. ¡Disfruta de esa maravilla que es comer! 

Las personas “preocupadas” son aquellas que se centran en potenciales eventos futuros (que tampoco sabemos si sucederán o no) y les genera ansiedad y desasosiego. Además, si te fijas, las personas preocupadas tienden a imaginar momentos del futuro negativos y catastrofistas. 

Ahora, párate a observar. ¿Recuerdas aquella vez que saliste a pasear por la calle? Si saliste a distraer la mente, a sentir el aire fresco del atardecer, a escuchar el sonido del silencio o el rugir de los coches… ¿Qué sentido tiene que estés elucubrando sobre toda la línea de tacitas de colores que ha sacado tu supermercado favorito? ¡No permitas que tu ruido mental te distraiga de tu tarde de paseo! 

¿Cómo cultivar el Mindfullness? 

Hay 3 aspectos básicos que te ayudarán a estar en el momento presente: 

  • Evita el piloto automático, no te disperses.

Trata de ser consciente de lo que estás haciendo en este momento. Presta atención y pon todos tus sentidos a disposición de la actividad que estés realizando. No permitas que el ruido mental o ajeno te distraiga. 

  • Presta atención a lo que ocurre ahora (sensaciones corporales, sonidos, olores…). 

Pon el foco en ti. Escucha solo con tus oídos, no trates de elucubrar. Visualiza solo con tus ojos, no imagines. Siente con todo tu cuerpo, percibe las sensaciones que te provoca lo que haces, no trates de suponer. Saborea, huele… Hazlo a plena consciencia. Deja que tus sentidos envuelvan el placer que lo genera y disfruta. 

  • No juzgues, solo acepta. 

Cuando aceptas, abrazas lo que sucede, de la manera en que sucede. No trates de cambiarlo, probablemente no dependa de ti. Juzgar si está bien o mal, si te parece justo o injusto, si es buen momento o no, no cambiará nada. Solo hará que sientas frustración y rabia.

Vivir siendo conscientes de que las cosas son, sin más, te ayudará a ser una persona libre y sin juicios. Acepta, vive y disfruta todo cuanto te suceda. 

¿Y qué hay de la Meditación? 

¡Un gran descubrimiento para mí fue la Meditación! 

La práctica de la Meditación también te ayudará a cultivar el Mindfullness o Atención Plena. Con ella conseguirás estar presente y poner el foco en ti, en tu cuerpo… gracias a la respiración. Ésta será la única herramienta que te permitirá estar en contacto con la experiencia inmediata, momento a momento. 

Con la práctica verás que éste es un poderoso ejercicio que puedes realizar a cualquier hora del día y con el que puedes cultivar serenidad y tranquilidad. Puedes empezar dedicando 3 minutos de tu día a realizar un ejercicio de meditación guiada y aumentar el tiempo paulatinamente conforme vayas cogiendo experiencia. 

¿Cuáles son los beneficios de la práctica de Mindfullness? 

Son numerosos los estudios que podemos encontrar acerca de los beneficios de la práctica de Mindfullness. Aquí voy a nombrar alguno de ellos y que subrayo uno a uno por mi propia experiencia. 

  • Reducción del estrés percibido. 
  • Reducción de los síntomas de ansiedad. 
  • Mejora general de la salud. 
  • Aumento de la capacidad para observar pensamientos y sensaciones desagradables tal cual son. 
  • Conciencia de aquello que estás evitando. 
  • Mejora de la creatividad. 
  • Mejora de la autoestima y confianza en ti mismo.  
  • Mayor aceptación y compasión. 
  • Conexión contigo mismo, con los demás y con el mundo que te rodea. 
  • Mayor conciencia de tus juicios. 
  • Menor reacción frente a experiencias desagradables. 
  • Aumento de la capacidad de concentración. 
  • Mejora de la calidad del sueño.  

Otras prácticas para cultivar la atención plena. 

Te propongo otras prácticas informales que te permitirán poner el foco en lo que haces y en cómo lo haces tomando consciencia para que vivas presente en tu presente y no te dejes llevar por momentos pasados ni eventos futuros. 

  1. Cuando te despiertes por la mañana conecta con tu cuerpo haciendo tres respiraciones profundas. La respiración te lleva siempre al momento presente. ¡Empieza el día con buen pie! 
  2. Cuando te duches, presta atención en el agua que cae sobre tu cabeza, tu piel y concéntrate en tu mano enjabonándote el cuerpo. ¡Deja de pensar en nada ni en nadie! 
  3. Cuando camines, hazlo sintiendo los pies en contacto con el suelo y fijándote en el movimiento ondulante de las caderas acompasando el ritmo de los brazos. ¡Solo observa, sin juzgar!  
  4. Cuando comas, mastica cada bocado al menos 30 veces sin que tu mente se ocupe de nada más. Observa todas las sensaciones que tienes con cada bocado. ¡Te sorprenderá reconocer los sabores de los alimentos! 
  5. Cuando te vayas a la cama, observa y testea tu cuerpo antes de dormir: dedícale 5 minutos. Lleva la atención al pie izquierdo, siente los dedos… Recorre la pierna hacia arriba, después el mismo proceso con la pierna derecha, con el tronco, los brazos y la cabeza. Observa que partes de tu cuerpo tienen más tensión y relaja conscientemente estas partes. 

Como ves, no hay excusas. Aprende a vivir “aquí y ahora” prestando atención a tus pequeñas tareas cotidianas. Es una buena fórmula para iniciarte en el Mindfullness. 

“La felicidad generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días” .

Benjamin Franklin 

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GRACIAS y ¡nos leemos! 

2 comentarios en “Mindfullness o Atención Plena”

  1. Hola, Merche.
    Una de las prácticas que también se puede practicar y que da muy buen resultado es la de cerrar los ojitos cuando paramos ante un semáforo en rojo. Cuando hayamos detenido el vehículo de forma segura, podemos tomar una respiración profunda, cerramos los ojos y nos centramos en los sonidos de alrededor, del tráfico…, o en las sensaciones de nuestro cuerpo, como puede ser la presión del asiento sobre nuestra espalda o los muslos, la posición de las manos sobre el volante, la tensión que se acumula en nuestro cuello y nuestros hombros… Dejándote llevar, simplemente.
    Y tranquilo, porque siempre hay alguien que te va a recordar que se ha puesto el semáforo en verde mediante el toque del claxon. 😉
    Salu2
    PACO

    1. ¡¡Hola Paco!! Muchas gracias por tu aportación. Efectivamente, cualquier actividad cotidiana nos permite parar, respirar y centrarnos «aquí y ahora». ¡Cuidado con el claxon, que a nadie le dé un infarto!:)

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