En todo proceso de coaching, como en cualquier aspecto de la vida, es fundamental conocer dónde estamos y hacia dónde nos queremos dirigir, o lo que es lo mismo, cuál es nuestro punto de partida y el punto de destino. Es habitual que, a menudo, queramos conseguir nuevas metas o mejorar las que ya tenemos, pero no conseguimos llegar hacia nuestro objetivo.
¿Alguna vez te ha pasado?
Y es que no solemos diseñar los pasos que nos acerquen hacia nuestro objetivo y acabamos abandonando a mitad del camino, sintiendo una gran frustración y desesperanza, pues por más ganas que tenemos de cambiar o conseguir nuevos retos, no tenemos muy claro cómo hacerlo.
Mi intención en este post es ponértelo un poquito más fácil, así que… ¡deja de quejarte, lee y ACTÚA!
1. ¿Cuál es tu objetivo?
Es muy importante tener claro el objetivo que quieres alcanzar. Esto, que parece una perogrullada, hay que dejarlo claro, pues en alguna ocasión me he encontrado con clientes que quieren todo y de manera tan general, que resulta ambiguo y difícil de abarcar.
Quizás tengas muchos objetivos que trabajar, pero la clave está en hacerlo de forma específica y uno a uno. ¿Acaso tú aprendiste a nadar, aprendiéndote las tablas de multiplicar y haciendo un pastel a la vez? Como dijo Jack El destripador: “vayamos por partes”.
En coaching, cada objetivo que te marques debe ser:
- Específico
- Medible
- Alcanzable
- Realista
- Temporal
- Ecológico
- Retador
¡No te asustes! Parecen muchos requisitos pero te aseguro que, con un acompañamiento adecuado, es muy fácil trabajar con el objetivo que deseas cumpliendo estos parámetros.
También es importante hablar de un objetivo de vida o de un objetivo que tenga sentido para ti en estos momentos, nunca, y repito, nunca debe ser un objetivo de compensación, es decir, que te marques un objetivo para huir de algo y no para acercarte a lo que quieres. ¡Te pondré un ejemplo!
Imagina que yo soy el coachee o cliente y que soy una persona tremendamente agradadora y solo busco encajar en los grupos de iguales (amigos y compañeros de trabajo) haciendo y diciendo siempre lo que el resto espera de mí y teniendo en cuenta que mi grupo de iguales se pasa todo el tiempo haciendo comentarios despectivos hacia los hábitos no saludables y criticando a las personas que no hacen vida sana (tanto ejercicio físico como alimentación saludable). ¿Hasta aquí bien? Genial, sigamos entonces 🙂.
Llego a mi coach o experto y le planteo que quiero adelgazar 12kg de peso en 3 meses. Ahora bien, mi objetivo es totalmente de compensación, realmente no quiero adelgazar ese peso por salud, ¡ni siquiera por mí!, sino porque quiero encajar más y mejor en el grupo al que pertenezco. Está claro, ¿verdad?.
¡Vayamos al siguiente paso!
2. ¿Cuál es la realidad?
Esta fase es muy reveladora y te ayudará a descubrir otras realidades. A veces, estamos tan absorbidos por nuestro “propio mundo” (experiencias, vivencias, creencias…) que no somos capaces de contemplar otras realidades. ¿Acaso no has escuchado alguna vez que no vemos la realidad tal cual es, sino tal cual somos?
Generalmente, tendemos a distorsionar, generalizar u omitir la realidad. Para ello, es fundamental que seamos objetivos en nuestros juicios, imparciales con lo que vemos y descriptivos con la realidad (en lugar de evaluarla).
¡Te dejo un regalito!
Una herramienta muy potente que te ayudará a descubrir tu realidad es realizar un DAFO personal, en el que explorarás, con la ayuda de un coach y el arte de la pregunta, cuáles son tus Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Esto te ayudará a descubrir tu punto de partida. ¿Te atreves?
3. ¿Has contemplado todas las opciones?
En este punto, te invito a sacar tu lado más creativo, a plasmar todo aquello que se te ocurra a través de una lluvia de ideas, visualizando imágenes, utilizando la metáfora… lo que se te ocurra. ¡Todo te puede ayudar!
¡Advertencia! Huye de expresiones del tipo “no puedo”, ”no seré capaz”, “no tengo tiempo”, “no tengo dinero”… pues limitarán tu parte más creativa.
Juega a ver opciones, por absurdas o descabelladas que te parezcan. Anótalas todas en un papel. No se trata de elegir ahora la correcta. ¡Te sorprenderás de la información que sacas!
Cuando ya hayas escrito todas tus opciones, te recomiendo un análisis de “pros y contras” e inclínate por aquella o aquellas que te generen más motivación para comenzar.
Y con todas ellas… vete al siguiente y último paso 🙂.
4. Plan de acción.
En la mayoría de veces, no llegamos a conseguir nuestro(s) objetivo(s) por no haber diseñado un plan de acción acorde a todos los parámetros que hemos visto hasta ahora. Si tu objetivo reúne todos los requisitos que se consideran en Coaching, has valorado tu situación real y has contemplado todas las opciones que tienes a tu alcance, ¿realmente crees que no lo conseguirías con un plan de acción diseñado por ti mismo?
¡Aparca la queja, ignora las dudas y olvida las justificaciones! Si realmente deseas conseguir ese objetivo y estás motivado, coge papel y boli y responde estas preguntas, ¡te ayudarán a crear tu plan de acción!
- ¿Qué vas a hacer?
- ¿Cuándo lo vas a hacer?
- ¿Cómo lo harás?
- ¿Dónde lo harás?
- ¿Con quién lo harás?
- ¿Cómo evaluarás posteriormente tus acciones?
Y para que todo esto tenga sentido, no olvides especificar al detalle, definiendo fechas y temporizando acciones. Cuanto más concreto indiques tus pasos, más fácil te resultará llegar a tu objetivo.
«El único límite a nuestros logros de mañana está en nuestras dudas de hoy.» Franklin D. Roosevelt
¡Leo tus comentarios! 😉