A menudo nos centramos en aquellas áreas que nos resultan más costosas con el único propósito de mejorar. ¿A quién no le han llevado de pequeño a clase de repaso de matemáticas porque era la asignatura en la que peores nota sacaba?
Pues bien, nos empeñamos demasiado en dedicar nuestro tiempo en tratar de adquirir esas capacidades especiales que no tenemos y acabamos frustrados. ¡Ojo! Que no digo que no haya que “pulir” nuestras debilidades pero, ¿qué tal si nos dedicamos a perfeccionar aquello que, por naturaleza, ya se nos da bien?
Mira a tu alrededor, trae el recuerdo de hermanos, primos, amigos… incluso el tuyo propio. ¿Cuántos de ellos fueron a «extraescolares” para fomentar un potencial mayor del que ya tenían en un ámbito concreto? Y es que no estamos acostumbrados a poner el foco en aquello que se nos da bien, aquello que “nos sale solo”, que no supone un esfuerzo extra, incluso aquello en lo que disfrutamos haciendo.
Por suerte, mis padres reconocieron uno de mis talentos cuando yo era pequeña. Y, además de ir a mecanografía y a clase de mates, también me llevaban a tocar guitarra. Era una de mis pasiones y, aunque no esté bien visto que yo lo diga, comenzaré dando ejemplo de lo que estoy diciendo… ¡¡Se me daba especialmente bien!! Sentía una sensación muy placentera cuando cogía la guitarra entre mis brazos, su sonido me transportaba a otro lugar, podía dedicarle horas y horas de ensayo y, lo mejor de todo, disfrutaba tocándola ????.
Entonces, ¿qué es el talento?
El Talento no es más que la capacidad para desempeñar o ejercer una actividad. Muchos autores afirman que el talento es innato, aunque hay estudios que confirman que, si dedicamos más de 10.000 horas a una actividad, acabaremos siendo unos expertos.
También podemos averiguar que somos talentosos en algo cuando nos resulta fácil alcanzar buenos resultados y esto nos permite hacerlo una y otra vez sin ningún sobreesfuerzo. Además, también se reconoce nuestro talento por los demás y nos conecta con el placer de hacerlo.
Siguiendo las palabras de Ken Robinson en su libro “El Elemento”, podemos reconocer nuestros talentos teniendo en cuenta lo siguiente:
- Es posible tener más de un talento.
- Encontrarlo dependerá de las oportunidades que tengas para demostrar lo que eres capaz.
- Es el punto donde se encuentran tus aptitudes y pasiones.
- No siempre es de golpe. En ocasiones se produce de manera progresiva.
- Encontrarlo es como enamorarse.
- Encontrarlo es como tener una epifanía (de repente todo encaja).
Y tú, ¿qué talentos tienes?
En ocasiones, tengo la sensación de que tenemos talentos de los que no somos conscientes. Hacemos esa tarea que nos gusta con tanta facilidad, que ni siquiera nos percatamos de que, incluso por su propia complejidad, no resulta tan fácil para los demás.
Párate a pensar. ¿Qué es aquello que haces extraordinariamente bien hasta el punto de ser reconocido por los demás, incluso demandado por ellos, para que tú se lo hagas una y otra vez? Puede ser tocar un instrumento musical, escuchar a los demás, ser un buen comunicador, ser “un manitas” arreglando jaulas… ¡Ese es uno de tus talentos!
¿Qué sabes hacer bien?
Te dejo por aquí unas preguntas que te ayudarán a descubrir qué es aquello que haces especialmente bien y, por tanto, aquello que es un talento tuyo para que lo explotes al máximo y desarrolles esa habilidad que solo unos pocos tenéis ????.
- Escribe tu nombre en mitad de una hoja de papel y dibuja un círculo alrededor.
- Observa las categorías de cosas que haces en tu día a día, mételas en círculos y conéctalas con tu nombre.
- Piensa: ¿qué aptitudes se precisan para llevar a cabo esas tareas? Escríbelas en los círculos.
- Piensa en las que eres bueno por naturaleza, en las que estás en la media y las que piensas que no se te dan bien en absoluto. Asigna un color a cada una.
- En otra hoja, clasifícalas en una tabla según las categorías de aptitudes, categorizadas por buenas, normales y no demasiado buenas.
- ¿Agregarías o quitarías algo? Es tu lista, haz lo que quieras.
- Observa el primer grupo: ¿cuándo y cómo descubriste que eras bueno? ¿Tienen algo en común? ¿Hay otras formas de aplicar tus aptitudes? ¿Qué tipos de roles o actividades dependen de ellas?
¡¡¡ENHORABUENA!!! Acabas de descubrir uno de tus talentos ????. Ahora no tienes excusas para no dedicarle el tiempo que quieras y, sobre todo, disfrutarlo con los tuyos. ¡No hay sensación más gratificante que compartir con los demás todos tus talentos!
“Aquello que puedes hacer, o sueñas que puedes hacer, comiénzalo. La audacia tiene genio, poder y magia” .
Goethe
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