El poder de la gratitud

En el post de hoy hablamos sobre la gratitud y su poder transformador. Descubrirás algunos beneficios de practicar esta gran virtud y encontrarás un sencillo pero potente ejercicio que te ayudará a cultivar cómo ser una persona más agradecida. 

¿Preparado? 

¿Te consideras una persona agradecida? 

“Gracias”, junto a “perdón”, “por favor” y “te quiero” son palabras que provocan cambio en los demás y  sobre todo en ti. 

Decimos “gracias” para expresar un sentimiento a la otra persona por algo que hemos obtenido haciendo una estimación del “beneficio” que hemos recibido.  

A veces, es difícil de expresar porque no es habitual de nuestro vocabulario. Claro que, para que así lo sea, tiene que ser también sentido cuando se dice. Un “gracias” no sincero no tiene el efecto transformador que presenta por sí mismo. 

Que el ser humano no sea agradecido por naturaleza tiene su explicación. Nuestro cerebro tiende a pasar por alto aquellas cosas positivas de nuestra vida, centrándose en las negativas. A esto se le conoce como “efecto negativista”. 

Si no, reflexiona sobre la última vez que tu cabeza se quedó dándole vueltas a una experiencia, pensamiento o emoción positiva ????.  

Beneficios de la gratitud. 

Da las gracias cuando te obsequien con un regalo, cuando recibas la ayuda de alguien o cuando te digan algo bonito. Pero también agradece por el aire que respiras, por el despertar de un nuevo día y por los 5 dedos de tu mano derecha. 

Cuando agradeces (porque así lo sientes) por quien eres y por lo que tienes: 

  • Tu cerebro se transforma. 
  • Te sientes mejor contigo mismo. 
  • Atraes oportunidades
  • Impulsa a la acción. 
  • Aumenta tu felicidad. 
  • Eres más agradable a ojos ajenos. 
  • Tienes de vuelta un montón de “regalos” (si sabes verlos) 
  •  Mayor resistencia emocional. 
  •  Aumenta tu empatía. 
  •  Aumenta tu rendimiento laboral.

¿Sueles poner en la balanza lo que tienes y lo que no tienes? 

¿Eres de agradecer aquello que tienes? ¿Te consideras una persona feliz? 

Los estudios demuestran que las personas agradecidas son hasta un 25% más felices que las que no lo son. Comienza por agradecer tu propia vida, tu cuerpo, tu actitud, tu familia, tu casa, …

Y es que, cuando uno no agradece lo que tiene, no llega a ser consciente de lo que posee. Y créeme si te digo que es mucho más valioso de lo que crees. 

¿Valoras lo que tienes/eres? 

Te propongo un ejercicio diario muy básico. No te costará más de unos minutos y te ayudará a coger el hábito de agradecer todo lo que tienes para que tu felicidad aumente.  

¿Preparado? ???? 

Coge una libreta, esa que más te gusta o incluso compra una para la ocasión. No necesitas que sea demasiado grande. Cuanto más sencilla y pequeña, más sensación de acercarte a tu objetivo.  

Déjala sobre tu mesita de noche. Será el lugar perfecto para que, antes de ir a la cama, escribas tus “tareas” de gratitud. 

Toma el boli y anota 5 cosas por las que estés agradecido, bien porque te hayan pasado durante tu día, bien de calado más profundo (la vida, la familia, la pareja, …).  

Quizás al principio te resulte más fácil comenzar a escribir aquellas cosas por las que estás agradecido como tener una casa, contar con una familia de manera incondicional o un trabajo que te apasiona. Con el tiempo, te invito a que vayas concretando situaciones que hayas vivido durante tu día. No importa si se repiten. 

Antes de cerrar tu libreta de la gratitud, lee varias veces aquello que has anotado y vete a la cama tranquilo. Está demostrado que, cuando uno se va a dormir haciendo un ejercicio de este tipo, tiene un sueño más reparador y cuando despierta al día siguiente lo hace con otra actitud. 

¡¡Te sorprenderá descubrir todas las cosas por las que estás agradecido!! ????

Y por experiencia te diré que, cuando hice este ejercicio, descubrí que mi día a día estaba lleno de pequeños momentos de felicidad a los que no agradecía, y créeme si te digo que no se trata de nada material, si no de personas increíbles y de momentos de paz (sola o acompañada) que me permito vivir de vez en cuando.  

Con el maravilloso ejercicio de la gratitud descubrirás un nuevo enfoque sobre ti, sobre los demás y sobre tu entorno en general. Sentirás que estás más conectado con todo lo que te rodea.  

La gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás.

Cicerón.

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